Pues sí compañeros, para jugar hay que sufrir y mucho. Pueden haber
muchos motivos por los que el sufrimiento nos invada, a veces deseamos jugar a
un juego pero no tenemos con quien jugar, o el juego es demasiado caro y no
podemos permitírnoslo, nunca tenemos tiempo disponible para llevar a cabo
nuestra afición, etc. pero a mi lo que verdaderamente me hace sufrir son los
manuales, no se vosotros pero siempre que hay un juego nuevo al que le toca
leerse el manual es a un servidor.
Hay algunos manuales que a uno no le hacen ni cosquillitas, un
reglamento escueto de pocas paginas, pero después hay otros con un buen puñado
de hojas, de un tamaño considerable y con la letra pequeña, estos son los
manuales que me dan una pereza horrible. Pero si quiero estrenar mi flamante
juego nuevo debo leerme ese tocho de manual antes del fin de semana, antes de
ver a mis amigos, y lo que es peor, me debo de saber todas las variables
posibles y durante la primera partida es como estar haciendo un terrible
examen! pobre de ti que se te olvide algo y debas consultarlo en el manual, ahí
es cuando uno empieza a ver caras largas, ceños fruncidos y a oír las típicas
palabritas de: "pero si decías que ya sabias jugar".
Cuando ya has tardado tus dos horitas en empaparte con la sabiduría
del manual, releerte los ejemplos, solventar las posibles dudas y finalmente
estar preparado para la peor parte de todas, hacer la explicación a gente
ansiosa por jugar, porque hay amigo como la explicación dure más de diez
minutos, son como leones hambrientos, tu estas ahí detallando y explicándolo
todo para que no queden dudas durante la partida y el juego se haga fluido,
pero ellos solo piensan en jugaaaar, parecen muñequitos de salpicadero,
moviendo la cabeza al unísono de arriba abajo repitiendo una y otra vez
"ahamm ahamm" cuando en realidad en su cabeza tienen al monillo de
los platillos y su mente a abandonado al cuerpo. Eso sí, pobre de ti que se te
ocurra ganar por alguna regla "que no has explicado", según ellos.
Haaaaay.. que dura es la vida del jugón... y que divertida!