Estoy empapado...
a mi lado veo a Elisa, deslizo mi mano por su espalda desnuda, también está
empapada... vamos amigo, hoy no es tu día de suerte, debes ir a trabajar. Ando
el largo pasillo hasta el baño, arrastrando los pies como de costumbre, palpo
la pared para encontrar el interruptor, aquí estas puñetero, como odio esta luz
y su resplandor, apenas puedo abrir los ojos pero encuentro el camino para
llegar delante del espejo, estoy tan habituado a este ritual que lo hago de
memoria, trato de girar el pomo del grifo, las manos me resbalan, desisto de mi
intento. Deambulo hasta la calle, míralos... ahí de pie paseándose de un lado a
otro, sin rumbo fijo. Se oyen disparos, eso los altera y empiezan a moverse, la
primera buena noticia desde hace días, quizá finalmente hoy si sea mi día de
suerte, quizá... hoy alguien me rebiente la cabeza.